Quién es Monsanto
Entre los beneficiados de que en tu mesa haya transgénicos y
tú ni enterado estés hay un ganador mayor: Monsanto, empresa transnacional que
controla alrededor de 90 por ciento del mercado mundial de semillas
transgénicas. En México, esta transnacional es la principal beneficiaria de los
primeros permisos de siembra experimental de maíz transgénico.
A fin de obtener ganancias, Monsanto hace lo que sea: no
duda en violar la ley, sobornar funcionarios, afectar la salud de la gente o
contaminar el ambiente. A lo largo de su historia, Monsanto ha acumulado un
sucio expediente de hechos, irregularidades y sanciones:
Produjo y comercializó el agente naranja, usado durante la
guerra en Vietnam y responsable de la muerte y el desarrollo de cáncer en miles
de civiles inocentes. El agente naranja está hoy prohibido.
Produjo y comercializó el DDT y los PCB o askareles,
químicos causantes de graves daños a la salud humana y al ambiente. Ambos están
hoy prohibidos.
Fue condenada a pagar 1.5 millones de dólares por sobornar a
las autoridades de Indonesia para introducir algodón transgénico en ese país.
Fue condenada en Francia en 2006 por publicidad engañosa
sobre las falsas propiedades ecológicas del herbicida Round Up.
Fue condenada en EUA en 2010 a pagar 2.5 millones de dólares
por más de 1700 violaciones a normas de bioseguridad.
La multinacional agroquímica Monsanto aceptó la última
oferta de compra de Bayer, dando así vía libre a la creación de la empresa
líder en la industria y a la mayor operación que se realiza en efectivo. El
anuncio oficial de la fusión, que se produce tras una nueva subida de la oferta
de compra del grupo alemán, se formalizó antes de la apertura de Wall Street.
La integración se espera que esté completada para final de 2017 aunque antes
deberá someterse al examen de los reguladores porque abre una nueva era en el
mundo de la agricultura.
Estos asesinos y genocidas modifican geneticamente las
semillas para obtener patentes al respecto ( que hay que pagar, ) hace unos
años un campesino hindú se suicidó ya que el viento llevó semillas de frutos
trangénicos a su terreno que fructificaron. Monsanto lo denunció y le
impusieron tal multa que el humilde campesino no pudo pagar y decidió dar fin a
su vida, al igual que casi un QUARTO DE MILLÓN de campesinos que vieron como
estas semillas asesinas exterminaban sus tierras.
Estos asesinos y genocidas bajo el paraguas del capital, los
medios de comunicación y farmacéuticas juegan con nuestras vidas, si controlo
lo que comes te controlo a ti, tu salud.
Son unos verdaderos .....
Esto pasa hoy en dia y nadie hace nada, alomejor Garzón
hubiese decidido actuar si no fuera por el Bambi de Zapatero, Fascista
encubierto que entre otras cosas, bajo una falsa fachada de socialista y obrero
de izquierdas, eliminó la ley Española bajo orden de EEUU que permitia a la
justícia española actuar ante cualquier violación de los derechos humanos
acontecido en cualquier parte del globo ( hoy Pinochet no hubiera sido juzgado,
al igual que otros asesinos ) Aunque lo del traidor a la patria de Zapatero es
otro tema...
Adjunto 2 noticias sobre los genocidas de monsanto y un
enlace documental llamado la Vida Según Monsanto.
No tiene desperdicio.
Deciros que tengo mi pequeño huertecito y me parece
milagroso ( y lo practico ) comerme una naranja de 10 centimos unidad , plantar
las semillas y conseguir un par de árboles que en pocos años me van a ofrecer
naranjas hasta aburrir. Y solo por 15 céntimos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Estos H.P no quieren que esto suceda, fabircan frutas sin
semillas y las que las producen están bajo patente, como plantes algo de esta
gentuza sin conocimiento la llevas clara.
Si la gente en lugar de plantarse piscinas en el adosado se
plantase un naranjo , una higuera, un peral y 4 tomateras descubriria que el
comer fruta fresca y sana es gratis!! y si encima te pillas un buen libro o te
pegas una buena siesta a la sombra de la naturaleza en lugar de ir al Corte
Inglés a hacer el pamplinas ya ni te digo!!!
¿¿¿¿De verdad este mundo es el que queremos?????
Usar las semillas transgénicas de Monsanto somete al
agricultor.
Los resultados han sido negativos, ya que se usan más
químicos para eliminar plagas; por el momento, etiquetar esos productos es la
alternativa que permite decidir al consumidor
Por Matilde Pérez U., La Jornada. marzo de 2013
Utilizar las semillas transgénicas de Monsanto es perder la
libertad como agricultor, contribuir a que un monopolio tenga el control de los
alimentos y correr el riesgo de perder cosechas, ganancias y hasta la parcela
si el productor no se somete a la política interna de la trasnacional, advirtió
Percy Schmeiser, productor de Bruno, Saskatchewan, Canadá, quien durante una
década libró una batalla legal contra dicha empresa.
Ante la posibilidad de que el gobierno mexicano otorgue
permisos a Monsanto, Agrosciences y Pionner para que inicien siembras
comerciales de maíz en 2 millones de hectáreas en Sinaloa, Tamaulipas, Baja
California y Chihuahua, con la variedad NK603 de Mon resistente al herbicida
Roundup, el agricultor canadiense habló de su experiencia.
Cultivaba canola con semilla tradicional, pero ignoraba que
mi vecino utilizaba semillas trasgénicas de Monsanto y ésta nunca le dijo que
podían contaminarse cultivos tradicionales. La empresa me demandó por piratería
biológica. El caso llegó a la Suprema Corte de Justicia, donde se concluyó que
no debía pagar el millón de dólares que exigía Monsanto, pero perdí 600 mil
dólares pagando honorarios de los abogados; cambié de cultivo y sigo limpiando
mi terreno.
Afirmó que el uso de semillas transgénicas de canola y maíz
no ha beneficiado a los granjeros, quienes ahora utilizan más químicos para
controlar las plagas. Pagamos muy caro por escuchar a esa empresa, pues el
agricultor, además de comprar la semilla, tiene que pagar 15 dólares por acre
(poco menos de media hectárea) anualmente para tener la licencia de uso y se
somete a la revisión intemporal e intempestiva de Monsanto. Si los inspectores
de la empresa determinan que el granjero no actúa conforme a su política o que
habló mal de ella, le pueden quitar desde una tercera parte hasta la totalidad
de su cosecha.
Insistió en que los resultados por el uso de semillas
transgénicas son negativos; se usan más químicos para eliminar las plagas y los
consumidores no tienen la certeza de consumir un alimento inocuo. Por el
momento, la etiquetación de los productos transgénicos es la alternativa para
que el consumidor tome una decisión.
En torno al riesgo de fortalecer a un monopolio en la
comercialización de las semillas de maíz, la Asociación Nacional de Empresas
Comercializadoras de Productores del Campo expuso que de los 106 permisos
otorgados por autoridades para la siembra de maíz transgénico, 81 por ciento
corresponden a Monsanto, lo que es una práctica monopólica.
En el ámbito internacional, dicha empresa es propietaria de
90 por ciento de las patentes de semillas transgénicas de maíz, soya, algodón,
entre otras, y aunque en México varios de los permisos de siembra para maíz y
soya genéticamente modificados se otorgan a diversas empresas, las patentes son
de Monsanto.
Agregó que la mayoría de los países rechazan esta tecnología
y se están acogiendo al principio de precaución.
Los productores mexicanos no necesitan ese tipo de semillas;
aprobar su uso será atentar contra la agricultura campesina, pues abre la
posibilidad a la trasnacional de apropiarse de un sector fundamental para la
alimentación de los mexicanos.
México, como centro de origen y diversificación constante de
16 por ciento de los alimentos del mundo, destacó, debe ser resguardado por el
gobierno. Por ello debe suspenderse cualquier permiso de siembra de maíz y soya
transgénica en fase experimental, piloto o comercial.
Semillas de Vida –integrante del movimiento Sin maíz no hay
país– apuntó que en Francia se están etiquetando como transgénicos algunos
productos de la comida tradicional mexicana elaborados con maíz, como es el
caso del pozole marca Carey, que ostenta el sello Kosher Pareve, supervisor en
alimentos.
A la lata de dicho alimento, distribuido por la empresa
española México con Sabor, se le agregó una pequeña etiqueta en francés en la
que se alerta al consumidor de que se trata de un producto elaborado con maíz
genéticamente modificado. Las especificaciones de la etiqueta mexicana no aluden
al respecto ni tampoco lo presenta así la empresa distribuidora, en cuya página
web se indica que el alimento está agotado.
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